lunes, 23 de junio de 2008

La mujer de los dragones

Posiblemente descendía de alguna princesa medieval que alguna vez fue secuestrada y encerrada en oscura cueva custodiada por bravos y celosos dragones.

O tal vez en alguna vida anterior le tocó ser un valiente caballero medieval que murió incinerado al tratar de aniquilar a algún temible dragón que asolaba sin piedad a la región.

O quizá tan sólo se trataba de una neurosis muy avanzada en la que -como decía su psicólogo- ella, en las profundidades de su inconsciente, veía a su marido como un gigantesco y escamoso monstruo volador que arrojaba fuego por la boca.

Una mañana ella amaneció calcinada en su cama. Nunca nadie pudo aclarar la naturaleza de esa extraña muerte.